5 oct 2024

El Yoyo

Siendo niño una de las cosas que me impresionó conocer fue el yoyo que se impuso como una moda hasta en los adultos. Recuerdo que en la Plaza de Armas de Chulucanas se presentaban a diario varios promotores de una bebida gaseosa famosa con su logo estampado en esos carretes colgantes y hacían piruetas que me dejaban de boca abierta. Y mi sueño, como el de muchos, era tener uno de ellos. Fácil, dije, sólo cinco soles que era su precio. Imaginen la palabra fácil, si el pan costaba dos por diez centavos cuánto significaba disponer cinco soles en esos tiempos. Al no tener uno de ellos cada día mi obsesión y frustración aumentaban al igual que aumentaba la cantidad de personas que lo usaban y muy difícil que alguien te lo prestase ya que era un bien excepcional y sobre todo un vicio. La vuelta al mundo, el perrito, el columpio, el caminante, el dormilón y mil cosas más eran recurrentes en mis sueños. "No alcanza pa'la leche" era la respuesta a tanta súplica. Sólo cinco soles; no, no alcanza pa'la leche. Y yo jugando ñocos solo porque todos mis amigos estaban ocupados enrollando y desenrollando pitas. Por más ralladuras en las rodillas de tantos rezos y oraciones el diablo no descansa ni deja de visitarte, como si tu habitación y tu mente no tuviesen puertas él (con minúsculas) ingresa libremente y con muchas artimañas te la oscurece para hacer el mal. En una mañana temprano con el dinero del encargo de ir a traer la leche del día, sin que mi madre se diese cuenta abrí el cajón de su mesa de noche y eché mano de un billete sobrante de 5 soles, esos que tenían la imagen de La Libertad puesta un gorro y sentada con un bastón y escudo y tan difícil al igual que 5 soles ella misma de alcanzar. Pero allá fui yo, lo tomé "prestado", con el pretexto de después lo devuelvo. Quedaba lejos el lugar de la leche, en un potrero a las afueras de la ciudad donde el trayecto siempre se hacía a pie. La sucia conciencia pesa duro que hace lentos los pasos y rápidas las malas decisiones. No puede ser, cómo voy a mentir a mi madre, qué le voy a decir, qué me dirá, qué responderé a de dónde sacaste para comprarlo. Y para ser más real la falaz mentira doblé el verde billete hasta hacerlo bien pequeñito, casi una bolita, lo lancé delante de mí e hice de cuenta que de suerte lo encontraba. Y esa sería la respuesta. Me agaché para recogerlo, regresé mis pasos corriendo hacia la tienda para comprarlo, escogí el más bonito y enrumbé nuevamente al potrero donde con bastante tiempo de retraso compré la leche de la que en el trayecto de vuelta derramé una buena cantidad por los bordes del porongo porque para llegar a casa temprano a trote en el apuro era imposible no hacerlo. Que me había tropezado fue mi respuesta por el casi medio porongo derramado, y el yoyo bien escondido en el bolsillo. "Ah, má, pero tuve una suertesasa que me encontré cinco soles tumbados en la calle y me compré este yoyo que tanto quería, 'mita...". Y sacándolo del bolsillo se lo mostré. Está bien bonito me dijo dibujando su sonrisa, "ahora te toca aprenderlo". Siéntate para que tomes tu café con leche. Después de eso yo más feliz que nunca cumplía corriendo con los mandados para que sobre tiempo y jugar con mi ilusión hecha realidad. Dichosos minutos y horas de juego en ese día, al rato recuperé a todas mis amistades, y yo feliz hasta la hora del infaltable té que como si fuésemos "lords" ingleses por costumbre también en esta hermosa ciudad se lo tomaba todos los días a las cinco de la tarde acompañado no de biscochos o galletas sino de pan o de camote "sancochao". Y como las mentiras tienen patitas cortas cuando el mandado fue "anda compra el pan" y al rato "pero de dónde pues si el billete se ha perdido todo" mi madre no tuvo necesidad de sentarse a razonar, de las patillas y a la cama me llevó, a dormir, que a las cinco de la tarde cuando las calles hervían de churres jugando era un enorme castigo para el peor mataperros, y aumentando la pena sin té, sin pan, sin camote, sin cena y sin bajarse de la cama hasta que ella lo decida por más lágrimas, llantos y gritos que ya de nada valían. Y el yoyo guardado en un lugar escondido para que yo no lo encuentre no recuerdo hasta cuándo, ahí debe estar... por siempre... quizás.

25 sept 2024

Entre Gallos y Medias Noches

Donde gané la primera de las pocas y rápidamente frustradas carreras que he ganado fue en la parte de atrás de la antigua catedral de adobes y tapiales cuando se realizaba una actuación de mi escuela primaria chulucanense al llamado de la profesora de quién llega primero gana para reemplazar como segunda voz a uno de un dúo que no había llegado a la celebración de un día de las madres y lo hice bien aunque las hijas de un vecino me dijeron que en vez de cantar parecía que había estado rezando el Padre Nuestro y no paraban de decírmelo desde esa bendita actuación y cada vez que me encontraban entonaban al unísono el rezo Padre Nuestro que estás en los Cielos en medio de risotadas y "cantaste muy bien Marcelo" tan bien dicho que al inicio me las creía hasta ya después de un tiempo darme cuenta que sonaba un poquito a burla evitándolas aborrecido siempre sin lograrlo porque vivían cerquita de la casa donde yo vivía y recuerdo que eran algo así como diez hermanas tantas que era inevitable toparme diariamente con alguna de ellas que me lo repetía y no me quedó más que aguantarlas hasta ir a estudiar luego a Piura donde fue la siguiente vez que gané otra carrera cursando el quinto de primaria en el colegio Salesianos de la Iglesia María Auxiliadora cuando el inolvidable personaje Supervisor de Disciplina del colegio el Padre L nos dijo con su voz eternamente fuerte y clara que los primeros en formar detrás de él integrarían el coro del colegio haciendo por milagro que saque fuerzas de no me imagino dónde y conseguir estar entre los veinte participantes peleándome el primer lugar con uno más gordo que yo a quien le decíamos "Chopipo" y que justo era mi mejor amigo del que no me separaba ni para los ensayos que eran rigurosos y disciplinadísimos como todo lo referente al sacerdote que a la más mínima falla en lo que sea era para esconderse atrás del con minúsculas "don sata" pidiéndole que nos defienda del con mayúsculas "PADRE" porque en esos momentos de corrección y disciplina ningún santo de los buenos nos acudía y no nos acudieron ni siquiera en aquel día del debut del coro en la misa dominical cantando cantos tan magistrales cuanto nos los exigía con todas las voces siguiendo la dirección de su batuta hasta yo soltar un sófero gallo en pleno levante de voz que desentonó toda la interpretación y el sabelotodo del cura por primera vez en su vida se equivocó y sin dejar de mover el palo ese con la derecha apuntó con la izquierda acusadora a mi queridísimo amigo Chopipo pensando que había sido él y con una mirada de esas profundas y tenebrosas le dejó entender un mensaje como diciendo "luego nos vemos" sin faltar a dicho encuentro porque su filosofía se basaba en que él era infalible y lo que creía decía y se hacía y se cumplía sin que ni al cura ni a mi nos importasen las explicaciones de mi amigo que más bien hacían que mi soberbia me diga que yo cantaba bonito y que se elevara todavía más al pináculo de lo ridículo en la casa de mis tíos que me hicieron creer que además de jugar bien al fútbol también cantaba mejor porque a la hora del baño me soplaba a todo volumen por lo menos tres canciones de mi repertorio que decían les gustaban y les creí como creí aquella vez cuando ya en el Salesianos Don Bosco de Castilla anunciaron que una profesora de música haría la selección de alumnos para entrenar y los buenos quedarse integrando el coro de la ciudad haciéndome la fanfarrona ilusión brillar mis ojos más que luciérnagas y proponerme a ganar un lugar en esa prueba de canto que fue realizada después de enfrentar una fila de muchachos que daba la vuelta a la manzana para terminar en la sala interior de una casona donde estaba la susodicha dedilarga sentada al piano dándole indicaciones al siguiente de la fila para que imite con su voz el sonido de las teclas que ella pulsaba lo que hice sin problemas hasta la segunda o tercera y en las teclas altas parecía que me tapaban la respiración y mi garganta era un coliseo de gallos de pelea en pleno campeonato que no importaban nada a la flacuchenta dedilargos quien no me dio tiempo a tomar aire y ni siquiera a mostrarle mi sonrisa de deme otra oportunidad y su grito "el próximo" retumbó como una patada invisible en mi trasero que me arrojó fuera de la sala directamente a la salida del local donde estaba una puerta que daba estratégicamente a un callejón lateral y sin un gracias que faltó poco y otra vez será como por arte de magia ya me encontraba en la calle toreando los carros para que no me atropellasen y buscando la ruta más larga para ir a casa a patita calculando que el tiempo en llegar fuese el suficiente para enjugar mis lágrimas que no lograban enfriar el calor de mi rostro y despintar mis cachetes de rocotos "coloraos" haciéndome sentir tan mal o tan defraudado o tan engañado o tan desilusionado o tan embaucado o tan espantado o tan frustrado o tan burlado o tan retractado o tan malogrado o tan agobiado o tan acobardado o tan abrumado o tan atemorizado o tan disgustado o tan azarado o tan acongojado o tan aterrado o tan apesadumbrado o tan traicionado o tan fallado o tan decepcionado hasta de mis propios tíos a quienes el gran cariño y amor que les tenía no fueron suficientes para evitar pensar que ellos no sabían nada de música o sólo me lo decían para darme ánimo y levantarme la moral con esos buenos corazones que siempre tuvieron hacia mí lo que también hizo que en casa mis baños diarios pasen a ser semanales y se volvieran más rápidos y sin conciertos en la ducha sin que me interesasen más cuanto eran músicas y canciones que colgué el hábito holgado a mi medida y perdí el respeto con el coro de las misas dominicales donde aprendí a solamente mover la boca simulando cantar sin pronunciar sonido y con un terrible resentimiento hasta conmigo mismo que duró mucho tiempo hasta desaparecer de golpe siendo más grande cuando gané la tercera de mis importantes y frustradas carreras esta vez acompañado del cuchufletas reconchesuagüela del "también con minúsculas cupido" con su flecha clavada por primera vez en mi "CON MAYÚSCULAS PECHO" cuando al susurrar una canción a un oído súper archi recontra bienquisto y dilecto y respetado y considerado y favorito y predilecto y estimado y apreciado y adorado y querido y amado y admirado y exaltado e iluminado e idolatrado e iluminado y exaltado y admirado y amado y querido y adorado y apreciado y estimado y predilecto y favorito y considerado y respetado y dilecto y súper archi recontra bienquisto idolatrado me respondió con palabras tan hermosas que quedaron grabadas más que en mi mente detrás del esternón que cantaba bonito y que parecía un gallito haciéndome sentir que mi estima estaba siendo recuperada y yo hecho un camote morropano más dulce que sangre de diabético chulucanense disfrutando de ese canto y de ese encanto por desgracia por poco tiempo hasta quedar sólo en el creer y no creer ya que por encima del arroz que me tiró nunca más me lo dijo y si eso de gallito fue porque estaba bonito o porque era un gallo mismo que cacareaba quedándome otra vez tan mal o tan defraudado o tan engañado o tan desilusionado o tan embaucado o tan espantado o tan frustrado o tan burlado o tan retractado o tan malogrado o tan agobiado o tan acobardado o tan abrumado o tan atemorizado o tan disgustado o tan azarado o tan acongojado o tan aterrado o tan apesadumbrado o tan traicionado o tan fallado o tan decepcionado y tan adolorido de otra patada en el trasero que no me quedó más que continuar cacareando como gallo mismo que soy hasta hace pocos días al ver esta foto prehistórica que me enviaron y que comparto y que me ha hecho pensar y picotear como un gallo mi comida en el baúl de mis recuerdos y tesoros sin acabar de los que diariamente me jacto y con mucha arrogancia me alimento viviendo todas estas cosas que no son del pasado sino del presente porque si fueran cosas del pasado las hubiese olvidado y he decidido lanzarlas al aire en forma de pensamientos a ver si a algún enamorado o flechado o conquistado o engolosinado o interesado o aficionado o chalado o amartelado o conquistado o encariñado o prendado o acaramelado o seducido o apasionado o huevo frito propanololadicto cucharón como el mío le pueda interesar saber que los dolores y frustraciones pasados pueden hacernos vivir o elevar el significado de la hermosura de la vida hasta alturas no imaginables y que sólo por el canto y encanto de la música somos capaces de aceptar sin dejar de amar o tomar una simple hoja y garabatear sin puntos ni comas usar no como la vida misma que es como ella jode haciendo pausas que nunca quise emplear sino que todo como un sólo caminar y sin temer a que no te entiendan con el solo consuelo que sepan que estás vivo y que eres feliz quedando sólo cantar o escuchar y aún no digo Amén porque tendría que acabar y un punto colocar

20 sept 2024

VOLCÁN ENCENDIDO (MÚSICA)

Letra : Yo Voz y música : Inteligencia Artificial Clique en el siguiente enlace para escuchar la música: https://suno.com/song/f082a30d-89b4-41a7-9c85-674f1eebc42a Te alejaste de mi como el correr de un río en una tempestad que fluye y que huye cuesta abajo No te recuerdo porque si te recordase alguna vez habrías estado en el olvido mejor te olvido que sin ti en el recuerdo ya he partido sin saber sin sentir que mi amor era más fuerte que un volcán encendido en su mayor furia dentro de mi pecho Sin saber sin sentir que mi amor era más fuerte que un volcán encendido en su mayor furia dentro de mi pecho No te recuerdo porque si te recordase alguna vez habrías estado en el olvido mejor te olvido que sin ti en el recuerdo ya he partido No te recuerdo porque si te recordase alguna vez habrías estado en el olvido mejor te olvido que sin ti en el recuerdo ya he partido No te recuerdo sin sentir que mi amor era más fuerte que un volcán encendido en su mayor furia dentro de mi pecho

10 sept 2024

PREGUNTO AL VIENTO (Música)

Letra     : Mario Marcelo Saldaña Ruesta

Música  : Inteligencia artificial

Clica en el enlace a continuación para acceder a la música:

https://suno.com/song/c987a523-f31c-409f-9456-ad9b702d71c2


Por ti les pregunto al viento y al recuerdo,

uno no responde

y el otro te ha perdido.


Por ti le pregunto al viento, no desisto.

al fin responde

que has huído,

y que he muerto,

que no existo.


Por ti les pregunto al viento y al recuerdo,

les digo existo

porque vivo,

y si estoy muerto

aún respiro.


Por ti les pregunto al viento y al recuerdo,

coludidos por cubrir con su manto etéreo

las heridas que al estar sin ti he permitido

y sangrar el alma abierta

por tu silencio o por tu olvido.



Mario Marcelo Saldaña Ruesta

10 Setiembre 2024






9 sept 2024

VUELA LEJOS (Música)

A CLAUDIA Y RENATO, MIS AMADISISÍSIMOS HIJOS.

Letra    : Inteligencia natural (Yo)

Música : Inteligencia artificial

Clica el vínculo siguiente para escuchar la música:

https://suno.com/song/77e58fcf-9190-4c1c-b31e-13b20c6378b2


COMO UN AVE RAPAZ TRAS DE SU PRESA

RASGA TU RUMBO EN LOS CIELOS

QUE TE ESPERA UN LEJANO HORIZONTE

MARCADO DE LUCES BRILLANTES.


HASTA PRONTO VENCEDOR,

CON TUS GARRAS DOMINA LA ASTUTA PRESA,

CON EL PODER DE TUS ALAS EXPLOTA HORIZONTES

Y CON SUS COLORES CREA ESTRELLAS EN EL OSCURO INFINITO.


NO TEMAS, NUESTROS CORAZONES CONCILIAN TUS SUEÑOS

Y CUIDAN TU VUELO TRIUNFANTE.


VUELA LEJOS, TRIUNFA, VUELA. PERO REGRESA, Y PRONTO.


COMO UN AVE RAPAZ TRAS DE SU PRESA

RASGA TU RUMBO EN LOS CIELOS 

QUE TE ESPERA UN LEJANO HORIZONTE

MARCADO DE LUCES BRILLANTES.


HASTA PRONTO VENCEDOR,

CON TUS GARRAS DOMINA LA ASTUTA PRESA,

CON EL PODER DE TUS ALAS EXPLOTA HORIZONTES

Y CON SUS COLORES CREA ESTRELLAS EN EL OSCURO INFINITO.


NO TEMAS, NUESTROS CORAZONES CONCILIAN TUS SUEÑOS

Y CUIDAN TU VUELO TRIUNFANTE.


VUELA LEJOS, TRIUNFA, VUELA. PERO REGRESA, Y PRONTO

VUELA LEJOS, TRIUNFA, VUELA. PERO REGRESA, Y PRONTO.





29 jun 2024

LAS CHALACAS

 

A mi prima Mechita 


Uno o dos de los muchachos comandaban la patrulla, los otros detrás de ellos en obediencia sumisa recorríamos las calles como bandada de güerequeques, en fila, casi volando, sin tocar el suelo y así soportar la tierra y por ratos algo de asfalto tan calientes; parecíamos sin rumbo, aunque sabíamos qué ruta tomar hacia la Plaza de Armas en donde Dn. Willo acomodado en su triciclo y sabiendo que de todas maneras llegaríamos espantaba las avispas y abejas que querían invadir los corchos en las botellas llenas de deliciosos y dulces jarabes que él mismo preparaba para acompañar las raspadillas de hielo que vendía.

El sudor que empapaba nuestros cuerpos como una lluvia de sal se refrescaba en el delicioso oasis bajo los frondosos árboles de tamarindos, ficus y algarrobos que en esos tiempos invadían la plazuela en donde jóvenes y viejos reposaban sentados en sus bancas como aguaitando al infinito, pensando bajo las sombras, en silencio, sin hablar, mirándose de vez en cuando unos a otros sin emitir palabras, pensando y conversando sólo con gestos y afirmando sus pensamientos con un áspero y grave raspar de sus gargantas.

Dn. Willo vendía sus raspadillas raspando el hielo hasta rellenar con exagero la cuba del cepillo metálico de donde antes de retirarla compactaba la nieve con la mano y luego la rociaba con el jarabe preferido, más dulce que cualquier miel. Aunque los de cola y piña eran deliciosos yo prefería el de tamarindo, de a peseta que llevaba más jarabe que de a real. Las cepillaba rápidamente y entregaba a cada uno y antes que se derritan con el calor de nuestras manos reiniciábamos la carrera a no sé dónde, saboreando sin dejar caer ninguna gota al suelo, aunque cada uno chorreando el jarabe hasta los codos. Llegábamos al final de la carrera a tirarnos boca arriba en la vereda de la casa de alguno del grupo donde deleitándonos con el dulce potaje, así acostados hablábamos de todo, quizás repasando una película o haciendo planes para mañana jugar pelota en el Pasaje o ir al Ñañañique, al río Grande o al Chiquito o a dónde sea. Al rato casi dormitando nos quedábamos inmóviles con la mirada perdida al  infinito, pensando bajo las sombras, ahora en silencio, sin hablar, mirándonos de vez en cuando unos a otros sin emitir palabras, pensando y conversando sólo con gestos y afirmando los pensamientos con agudos tintineos de nuestras edulcoradas risas y con la única máxima preocupación de saber contando cuántos eran los huacos de las incalculables bandadas que a esa hora planeaban la ciudad "muchisisisísimo" más alto que las nubes. Luego... a lo lejos los silbidos, nos están llamando; sin decir palabra cada uno continuaba embalado su carrera rumbo a casa sorbiendo sin cansancio de las puntas de los dedos las últimas gotas de la chalaca derretida.

Al otro día la bandada de güerequeques nuevamente recorría por las calles en busca de Dn. Willo debajo de las sombras de los tamarindos, ficus y algarrobos que embellecían aún más nuestra hermosa Plaza de Armas, nuestra ciudad y nuestras vidas.

 

Mario Marcelo Saldaña Ruesta

Julio 2024

DETRÁS DE UNA PELOTA SIEMPRE CORRE UN NIÑO


Vino a pasar unos poquísimos días con nosotros y, desesperada, quiso aprender a manejar carro. Así que la llevé para darle unas clases prácticas al aeropuerto fuera de uso localizado en una zona campestre de mucha vegetación y hermosos paisajes. Dicho sea de paso gastamos quizás un 40% del tiempo tomándonos fotos teniendo como fondo al majestuoso Morro de Calzada que desde aquí de la ciudad se observa. Claro que antes de las prácticas tenía que pasar algunos minutos teóricos y, tomando todas las precauciones, le hice hincapié de los cuidados que debía tener. Uno de ellos era con los niños refiriéndome a la frase conocida en el mundo entero que “detrás de una pelota siempre corre un niño”, pues para que tenga cuidado y que siempre esté atenta.

Lo hizo muy bien desde la primera vez y a cada momento quería aumentar la velocidad a más de los 10 Km por hora a los que le había obligado.

Después de varios minutos de manejo y habiendo aprendido a sortear la buena cantidad de huecos en la pista abandonada que son muchos menos de los que existen en las calles de la ciudad me sorprendió y dio una buena acelerada que me puso de punta los pocos pelos que tengo cuando delante del carro cruzó corriendo a 100 por hora una gallina y la aprendiz dio una frenada brusca deteniendo el carro en seco. Después del susto le dije que avance, que no era necesario detener el vehículo y ella con su “fleeeeema” característica me dijo que aún no, que espere; y después de unos alargados pocos segundos apareció de entre la maleza también corriendo pero a 200 por hora un pollito, un pollito casi renacuajo, siguiendo a la gallina. Entonces me dijo haciendo alusión a eso de la pelota “ya ves papá, paciencia, que detrás de una gallina siempre corre un pollito”. Y bajó del carro para ver a la distancia si el pollito había alcanzado a la mamá.

China de mi alma, esperamos que pronto estés visitándonos nuevamente antes que el pollito se haga gallo o gallina; te recibiremos con el amor que tú no imaginas que te tenemos. Un beso.

 

16 feb 2024

Ni las del Niágara.

El día posterior a las cirugías de cataratas, luego de habérsenos retirado el parche del ojo y haber sido examinados por el médico los pacientes tuvimos que esperar en una sala a una enfermera que nos daría una charla sobre los cuidados a tener durante una buena porción de días para que la cirugía no se complique por algún desarreglo. Calculo que éramos 40 o 50 recién operados aparte de sus respectivos lazarillos que atentos nos esperaban y cuidaban para no dar un tropezón que nos llevaría nuevamente al quirófano si es que me dejo empuñar. Mientras esperábamos, las conversaciones eran interminables; imaginen Piura donde se ahogan las alegrías y se desahogan las penas hablando. Así que las anécdotas para no creer de algún u otro conocido salieron a flote en una conversación interminable. Una contaba que su vecino el Gordo Jacinto después de llegar a su casa allá en el Bajo Piura, ya sin parche en el ojo, para mitigar el calor sofocante tendió su petate en el patio detrás de su casa donde cae la sombra y se quedó dormido. Todo piurano macho y barrigón duerme con la boca y los ojos entreabiertos, y una de las gallinas muerta de hambre porque se habían quedado solas y no hubo nadie que les llene el buche, al ver el brillante que Jacinto tenía en el ojo al instante lo picoteó arrancándole el flamante cristalino. El Gordo Jacinto fue llevado de vuelta a la emergencia y el daño no lo pudieron reparar. Luego volviendo encontraron que la gallina había picado tan fuerte que el vidriecito pegó el pico de arriba con el de abajo; y que no la podían agarrar para matarla y mandarla a la olla porque su pico torcido brillaba y parecía embrujada y que al mirarla daba miedo y que ningún vecino por lo mismo no la quería ni regalada y que la gallina murió viejita ya que el Gordo nunca la pudo agarrar y matar, daba su vida por eso, porque se había quedado tuerto de un ojo y por el otro casi ya no veía. Le pregunté cómo se había hecho viejita si no podía comer, eso es lo que nadie se explica me dijo; terrorífico le respondí. Sí, tenga cuidao con sus gallinas. No tengo, le dije ¿ah sí? me respondió. Lo escuché como un presagio y he prometido no ir ni al mercado ni donde haya ni pajaritos. Interrumpió otra diciendo que a su comadre la habían operado también y luego de sacarse el parche se puso a desgranar choclos para hacer tamales y que un grano de choclo saltó a su ojo y que el vidriecito saltó pa' los tamales y ella saltó pa´la emergencia nuevamente. Otra abuelita que se había quedado un día hospitalizada y se moría de nostalgia de su nietecito, al llegar a su casa venga pa’cá mi ñañito y suáz de un manotazo del churre vidrio pa´fuera. Otra que otro, su primo fulano, que al ponerse los lentes oscuros todos chambones que había comprado y que son de suma utilidad para opacar el resplandor, no calculó bien al ponerlos y la patita del lente en vez de ir a la oreja nada más ni nada menos la clavó en su ojo. Adiós cristalino. Hasta ese momento tenía ganas de levantarme de la silla y no escuchar un cuento más, pero si lo hacía perdía el asiento y había como veinte esperando que alguien se desmaye de calor o abandone su lugar para sentarse, y el mío era uno de los mejores porque lo había conseguido a codazos por la presencia de un ventilador que daba aire justo encima de la cabeza. Por fin una señora riendo fuertemente que mostraba la ausencia de sus incisivos hasta la úvula nos tranquilizó por un momento porque hasta ahora no había nada para reír, contó que conoce a un hombre que junto a 4 ó 5 dóbermans era guardián nocturno en un almacén muy grande. Al salir del hospital tuvo que ir al trabajo para no perder su empleo. Y de noche para dormir se puso el parche en el ojo como le habían recomendado, ¡carajo! si era guardián nocturno no tenía por qué dormir, y que al sacar los perros del canil estos por el parche lo desconocieron y lo molieron a mordiscos que lo mandaron al hospital. Felizmente no perdió el cristal, mejor ni el ojo, pero sí un pedazo de nariz y parte de una de sus orejas, y que además quedó cojo por un mordiscón en la rodilla. Que los amigos no saben qué chapa ponerle porque tiene tantas y que últimamente simplemente le dicen "Perro" y él buenamente responde. Claro que nos reíamos por lo que contaba, y habla serio pues señora. Serio, serio se los digo; si yo lo "conozzzco". Y con gran consuelo que todos “estábanos” esperando nos dice "Pero lo bueno es que ve". "Braaavo", respondimos automáticamente y en coro. Por fin llegó la enfermera, nos dio las recomendaciones, y la vida continúa.

25 nov 2023

LOS CHICHARRONES DEL CURA

A Dn. Elias Vargas, hermano de mi querida y siempre recordada Suegra Dña. Amanda. Este relato fue publicado en "mis notas" del face book hace 8 años. En la ciudad de Cajamarca, por los años 1940 y pico vivía y ejercía sus labores sacerdotales un Padre muy querido en la ciudad, aficionado además a la bohemia y, por lo tanto, a las bebidas espirituosas. Luego de haber ejercido en plena borrachera nocturna también la sublime profesión de odontólogo arrancándole a puñetazos los cuatro dientes anteriores a un individuo durante una concurrida y celebrada pelea callejera fue sancionado por sus superiores suspendiéndolo de sus labores sacerdotales por el largo período de seis meses. Pasados ya algunos días y en medio de necesidades económicas urgentes se vio obligado a tomar prestados un perol y otros utensilios y ubicarse en una esquina del mercado de la ciudad a vender chicharrones de chancho y pregonando “Hijos míos, hijos míos, compren que me han suspendido, que me han suspendido”, la gente que mucho le querían le compraban y la clientela no faltaba. Así lo hizo algún tiempo hasta que la noticia llegó nuevamente a oídos del Obispo quien lo llamó reprendiéndole por vender chicharrones en el mercado ya que no era una actividad bien vista para un sacerdote. El cura le respondió que lo hacía porque no podía celebrar misas, ni bautismos, ni nada que pudiese cubrir con las necesidades económicas que él tenía. El obispo viendo que en realidad el cura tenía algo de razón le pide que por lo menos lo haga sin vestir la sotana en señal de respeto a su investidura a lo que el cura le respondió ”si me quitase la sotana nadie me compra”. Nota: Gracias Dn. Elías por esas conversaciooooooooones siempre muy interesantes, demasiado difíciles la mayoría; pero algunas pequeñas y muy divertidas como ésta que además de plagiada está mal escrita y sin la gracia como cuando Usted la cuenta. Está cerca su retorno a Lima y esperamos que vuelva nuevamente a visitarnos; pero como Usted mismo dice : Pronto, pero no muy seguido. Espero que me dé el tiempo suficiente para lograr prepararme muy bien en política nacional, internacional, música, óperas, compositores importantes de la época de la pera, geografía, nombres de los presidentes de todos los países del mundo desde la revolución francesa hasta nuestros días, historia del Perú, escritores, músicos, etc, etc, etc; ñerda, ni Marco Aurelio Denegri para asegurarle una conversación. Le queremos mucho Dn Elías, su sobrina le quiere mucho y esperamos que ese espíritu juvenil que usted tiene, ese ímpetu de ser productivo, que no se amilana de agarrar una escoba o pelear para querer lavar los platos y de caminar cuadras enteras para ejercitarse nunca pase. Yo particularmente le agradezco su permanencia aquí acompañándonos en estos días en Moyobamba y espero que lo haya pasado bien. Le pido mil disculpas por mis errores, por la olla arrocera de juguete, imagine cómo estaría yo de más gordo si la olla tuviese el tamaño normal, y por mis faltas de atención a su persona. Usted ve que nos hemos mostrado tal como somos, personas con nuestras virtudes y sobre todo defectos que no se los hemos querido esconder. Esto se lo voy a decir cara a cara por supuesto. Muchas gracias Dn Elías y buen viaje de retorno a casa. Si se me pasó un error ortográfico, seguro que sí, no me jale de las orejas por favor. Con mucho cariño Mario Saldaña.

25 jul 2023

¿AFICIONADO, YO?

Si Perú juega fútbol soy capaz de dormirme en medio del partido y ni siquiera despertarme con los estridentes gritos de gol de quien esté sentado en el sofá soportando cada cabeceada que le doy. No es que no me guste porque también lo he jugado si se entiende como jugar estar 90 minutos debajo de los tres palos; en realidad he sido un buen arquero o golero como se dice, y más que bueno he sido excelente arquero en fulbito. Pero de sentarme a disfrutar sentado en un sofá sin poder darme unas cabeceadas a mi antojo no lo puedo. Cabeceadas me refiero a dar cabezasos y no al otro tipo de cabeceadas como algunos están acostumbrados; no Ustedes por supuesto. Si me preguntan de qué equipo soy hincha lo digo, soy de Alianza Lima, y de todo corazón. Mi "hinchazón" nació de pequeño, por imitación de un primo mayor que yo que lo era, y que se bronqueaba con su hermano que era de la U. Soy aún por terco y por leal, y nunca dejaré de serlo. De los extranjeros digo que soy del Flamengo, no se por qué, pero lo soy. Cuando lo elegí me lamenté hacerlo diferente a mi hijo que lo hizo por Palmeiras que hasta ahora lo es y siempre traté de no ser rival hasta cuando los dos equipos se enfrentaban; lo he hecho tan bien que nunca hemos peleado ni discutido al respecto. He llorado si por solidaridad (no el de Lucho Castañeda) con él cuando el Palmeiras bajaba a segunda división y el pobre parecía que estaba por caerle un meteorito en su cabeza porque su mirada al cielo no bajaba hasta que Palmeiras recuperaba su lugar, y no ha sido una vez, varias. Soy tan aficionado, fíjense Ustedes, que no me molesta cuando de casualidad veo en los noticieros la repetición del gol con el que se ganó el clásico y, justo antes de patear la pelota, se cruza delante del televisor ya saben quién y no le digo nada (si eso me molestase ya hace tiempo viviríamos separados o yo con el televisor en el patio del perro). Si me preguntan de Ronaldo, Ronaldinho, Cueto o el Mago Mark Karián se que son jugadores, de los buenos por supuesto; si aún continúan jugando creo que no o no se en qué equipo. Me jalan en un examen, con cero cero, ceros aseguro. Ya ven, Mark Karián es el entrenador, ¿y no se escribe asi?. Se que el proximo mundial es el 2012, en Brasil; lo se por mi prima Patricia que lo ha posteado, igual supe que este era el primer partido de las eliminatorias, pensaba que era amistoso. Por un momento creí que ya había pasado en el 2010 como lo posteó mi cuñado Lenchi. Si me preguntan en qué mes será NO lo se. Siempre que me he atrevido a opinar de fútbol y alentar a un equipo este pierde (lo hice por Brasil este último mundial y ya ven ¿cuándo fue?, no quiero que ningún amigo brasileño se entere) por esto es que de vez en cuando tengo a propósito este sentimiento de que gane la U. No siempre he sido asi. Por atavismo mi corazón no olvida al DEFENSOR CHULUCANAS, no se si aún existirá, el de hace como 45 años (¡Guarda, cuánto tiempo!); por ese equipo si daba mi vida. Había jugadores que eran mis ídolos, uno de ellos era el arquero, buenazo, quería ser como él. Había un delantero que era mi amigo o solamente me conocía de nombre, era un moreno apellidado Nima. Trataba siempre de escaparme al estadio, no siempre entraba aunque siempre estaba atento a los resultados. Un poco más grande fui a vivir a Talara en donde por pasaporte de entrada tuve que hacerme aficionado del Atlético Torino. Tenía que alinearme con mis patas del colegio (GUE Ignacio Merino) si no lo hacía me apanaban. Un dia... jugaba el Atlético Torino contra el Defensor Chulucanas en el Campeonísimo. No se si aún la cancha de este estadio es de tierra o ya tiene gras o tartán. En ese tiempo habían unos terrones que parecía la playa de La Punta, mis rodillas son testigos, yo he jugado (tapado alli). Ese dia cuando estuve adentro del estadio mi primera duda fue dónde ubicarme, en la barra de los 1000 ó más talareños asistentes o en la barra de los 4 gatos chulucaneños que habían acompañado al equipo. Cometí mi primer error futbolístico, o mejor dicho de aficionado monse ya que me ubiqué en el medio de las dos. El partido se desarolaba bonito y ambos lados gritando a pleno pulmón cada uno por su equipo, menos yo que a veces lo hacía por Talara y mis casi paisanos me miraban como los Incas a Filipillo, y otras a favor de Chulucanas y mis amigos talareños querían desterrarme. Fue justo cuando el negro Nima hizo una de las buenas jugadas que sabía hacer y por eso le dieron un patadón que lo tiró al suelo, luego se levantó y demostró que más que futbolista era boxeador y le aplicó un golpe al del Torino que casi lo noqueó y en las tribunas se armó un bolondrón. Los jugadores del Defensor Ch (Ch nomás porque mucho demoro en escribir Chulucanas) tuvieron que juntarse en el centro de la cancha para que las piedras no les llegasen, el estadio estaba lleno de ellas ( ya tenía reja divisoria, ¿se llama asi? para que no entren los "hinchas" a la cancha). Y yo pagué el pato; YO, SI, REPITO, YYOOOOO que estaba en medio de las dos barras pagué el pato. Por un lado mis casi paisanos con Ch me apedreaban por TRAIDOR y los talareños por MALAGRADECIDO. Salí corriendo, más rápido que el árbrito y los jueces de línea. Habían unos cuantos policías, felizmente foraneos, imparciales que me prestaron ayuda. Pasó el tiempo y volví a ir a un estadio, el de Cuenca en Ecuador; los 20 minutos finales cuando abrían las puertas y los indigentes y universitarios entrabamos gratis. Y lo hice por monería (¡Ups, perdón!), monería no, lo hice porque jugaba Barcelona de Guayaquil contra el Deportivo Cuenca; y en el Barcelona jugaba Ephanor, un brasileño que pateaba penales como nunca nadie los ha pateado. Hacía un ademán como que se detenía y le soplaba siempre al lado contrario porque en ese lapso de tiempo el arquero ya se había lanzado. Y PARA SUERTE MIA hubo un penal, lo pateó Ephanor. Muchachos aficionados: ¡¡vi a Ephanor patear un penal y NO metió gol!!! La primera vez que Ephanor perdió un gol de penal y tuve que haber ido yo suertudo. Al estadio nunnca más, van 35 años. Algún dia iré; quizás cuando mi patrona me saque el televisor al patio del perro. (ESCRITO EL 2012)

10 jul 2023

LA MOSCA DE PAPÁ KIKO

Siempre recuerdo y con un inmenso cariño y amor a quien fue mi abuelo Juan Francisco Ruesta Mastallier, Don Pancho Ruesta como era conocido por la gente y amigos y Papá Kiko como le llamábamos todos los nietos en casa. Papá Kiko era un hombre alto, calvo y barrigón. Me gustaba mucho apretarle la barriga y hundirle una hernia estrangulada que tenía en su ombligo y tratar de borrarle una cicatriz que subía por el centro de su barriga hasta la punta del esternón de una cirugía al estómago que una vez le realizaron, ah... y agarrarle un lobanillo que tenía en el pecho a la altura del corazón. Me decía que era una bala que le habían disparado no se en cuál guerra. Mentira porque nunca a ninguna guerra fue y más aun no era capaz de matar ni a una mosca y de eso justamente voy a contar lo que escuché siendo niño y que ha quedado grabado, además de muchas anécdotas que están en mi mente pero que no las recuerdo, como una película cómica que aflora en momentos menos pensados que me ayudan a distraer la gravedad de las circunstancias que me toca vivir como a todo el común de los mortales, como en este momento; dicho sea de paso santo remedio. Cuando papá Kiko viajaba de Chulucanas a Piura en aquellos tiempos que era más demorado que los gringos cuando llegaron a la Luna, nosotros, digo nosotros refiriendonos al montón de nietos que alegrábamos su vida, alegrábamos porque recuerdo que él disfrutaba de cada uno, de algunos más que de otros, me atrevo a decir que yo estaba entre los primeros, o así lo sentía yo (¡qué sentía; aún lo siento!), decía nosotros a más de la pena que nos daba que se alejaba a veces para regresar el mismo día ya de tarde, a más de la pena decía era la alegría porque de todas maneras alguna cosa de regalo iba a traer, sobre todo revistas esas de cuadritos y de dibujos animados como Pato Donald, Mickey, y al verlo llegar ya de tarde de bajada por el pasaje que hasta ahora está al lado de la Catedral de entrada hacia la calle Lima, al frente de la botica de don Ofo Orozco, cuando la calle aún era de tierra y no tenía pista, decía, nos avalanzábamos en veloz carrera a sus brazos y a ver qué nos tocaba a cada uno. Contaba que cierta vez se embarcó en un automovil colectivo, esos de 5 pasajeros, y justo cuando el carro arrancaba subió una mosca de esas que después de hacer piruetas y maromas en el aire con tremenda puntería se paran en la punta de tu nariz, y él primero con la mano la espantaba. La mosca continuaba con su número artístico y terminaba parándose en la punta de su nariz siempre en el punto exacto (¿a quién no le ha pasado? por lo menos en Chulucanas las moscas son asi) sin temer ni a los periodicasos que le lanzaba de cuando en cuando. Así pasó todo el viaje hasta llegar a Piura donde en el paradero él se fue por un lado y la mosca desapareció. Ya de tarde luego de hacer todas sus gestiones motivo del viaje y de comprar también los regalos para sus dos docenas de nietos que lo esperábamos subió al carro colectivo y, al momento de arrancar, nuevamente la mosca haciendo piruetas entró por la ventana del carro y fue a parar en la punta de su nariz. "La facinerosa, decía, se apuró para llegar a tiempo y retornar juntos de vuelta a Chulucanas, no la pude matar a pesar de los paquetasos y manasos que le daba cada vez que me despertaba de las cabeceadas cuando podía dar". A propósito de moscas recuerdo la tremenda enseñanza que él siempre recitaba: "A un panal de rica miel dos mil moscas acudieron, que por golosas murieron presas de patas en él"

5 jul 2023

API BELDI YUYU (CUANDO CUMPLÍ 60)

A veces, o casi siempre, o siempre, estamos pidiendo a Dios, seamos honestos, aunque no creamos en su existencia, en son de caprichoso y aburrido reclamo más y más de lo que tenemos sin importarnos y sin darnos cuenta que la mínima parte de lo que nos rodea es suficiente para hacer feliz a un ayaymama. ¿Cómo no estar agradecido a ÉL mirando y sintiendo a mi lado a una hermosa e incansable esposa que me soporta casi 30 años y que es la artífice de mis más que logros levantadas de caídas a quien debo no se cuántas "gracias Mena"; cómo no estar agradecido a Dios por mi hijo Renato y por mi hija Claudia quienes aún demuestran que me aman soportando mi falta de cariño que a pesar que yo creo que es el suficiente no lo es para compensar y siquiera igualar al que ellos me tienen; cómo no estar agradecido por mi Padre que a sus 87 años y acompañado de su inseparable Pilar, aún se dan el gasto de hacer un viaje tan largo sólo para venir a visitarme y saludarme en esta fecha onomástica; cómo no estar agradecido a Dios por mi madre que por su bendita Gracia me ha dado dos; cómo no estar agradecido con mis hermanos a quienes siempre les faltará espacio para acomodar en sus cuartos a mis amados, hermosos, bulliciosos y pegajosos sobrinos que así es como me gustan; cómo no estar agradecido por mis cuñados que por obra milagrosa se mezclan nuestras sangres; cómo no agradecer a Dios por mi familia con quienes compartimos nuestras carnes; cómo no agradecer a Dios por mis amigos y más que todo por darles el coraje a ellos, Ustedes, de continuar considerándome como tal a pesar de cómo soy y cómo no les retribuyo a su amistad; cómo no agradecer a Dios por los años pasados, por los lugares recorridos, suelos ajenos amados, almohadas empapadas de sudor y llantos, pechos y hombros mojados de risas y cantos de amigos y amigas que el tiempo y memoria han querido borrar que aún conservan su existencia en lo más profundo del recuerdo y agradecimiento a quienes tendieron su mano amiga para servirme muchísimas veces o casi o todas la veces en bandeja de plata lo todo que ellos podían ofrecer que son deudas no pagadas que aún tengo y que permiten a mi conciencia estrellar un pastelazo en mi cara con un "paga la cuenta sinvergüenza y anda sirve y da y retribuye cuando otros necesiten"; cómo no agradecer por los desiertos recorridos y vividos, por los Andes y serranías que me dieron educación, suspiros y reposo, por las selvas y florestas llenas de vida y sonidos inimaginables que llenaron y aún llenan mi olla día a día; cómo no agradecer a Dios por mi trabajo, con el poder aún mover mis adoloridos dedos para aliviar otros dolores, estar agradecido por muchos y perdonado por otros por mi mal genio y mal carácter o por una que otra alveolitis inoportuna de vez en cuando que con otro pastelazo en la cara me hace ver que nadie es perfecto y que me hace asegurar como náufrago que se ahoga otra vez, de nuevo, de la Mano del Creador. Hace poco leí de mi amigo Nardo Aquiles Iñiguez al cumplir 60 añujes, que había llegado al 6to piso de un edificio. Ahora lo mismo digo yo, he llegado al 6to piso de este gran edificio que no sabemos cuántos tiene y menos aún cuántos nos será permitido subir, por la escalera, a un mismo ritmo de tiempo, con diferente resistencia de nuestros cuerpos, al inicio corriendo y queriendo llegar lo más rápido lo más alto posible y que ahora mirando por el borde prefiero continuarlo más despacio. Este edificio alto que al inicio nos parece tan alto que ni siquiera pensamos en su azotea no tiene ascensor, cada quien lo sube como puede, los escalones ya subidos los quieres bajar y no te es permitido, por más que te esfuerces no puedes. Te es permitido sólo mirar, ya no tocar, de algunos pisos aún percibes su aroma, de otros aún oyes el eco de tus sollozos y aún lees el pentagrama de tus risas. Los escalones que aún faltan sabes que pueden estar ahí, pero sólo ves la punta de tu pie, a veces descalzo, otras de tu zapato, lista para pisar y tienes que hacerlo, pisar y pisar porque no te es permitido parar ni descansar. A veces pienso que este edificio no tiene azotea hasta pararme frente al espejo de mi inocencia y ver que soy humano, que yo soy débil, y aspirando profundamente anhelar que sí, que este edificio tiene una azotea grande y espaciosa donde llegaremos algún día donde otros ya han llegado y que ahí nos encontraremos para todos reunirnos; y más aun ahí en el centro con una sonrisa enorme y con sus manos afectuosas extendidas para un abrazo, esperando, el Dueño del edificio. Hoy, mejor dicho desde el 2 hasta hoy (otra historia larga que contar) he llegado al piso 6 de este edificio. Sexto piso, aún miro y veo hacia abajo, aspiro sus aromas, oigo mis sollozos, leo y escucho el pentagrama de mis risas, aunque quiero no puedo bajar, no me es permitido, miro la punta de mi ahora calzado, y aún veo y siento el borde del escalón que sigue y, necio, quiero parar a descansar y no puedo, y sigo pisando y subiendo...

21 feb 2023

LA VERDADERA HISTORIA DE LA BODA DE DÑA. AMALGAMA CON EL SR. HOLLENBACK

ESTA HISTORIA ES CREACIÓN DEL DENTISTA BRASILEÑO DR. EDIVAL TOSCANO VARANDAS. AYER LA ENCONTRÉ EN UN RECORTE DE LA REVISTA APCD DE ENERO DEL 2002 QUE TENGO GUARDADA ENTRE MIS RECUERDOS. DECIDÍ TRADUCIRLA Y PUBLICARLA PARA DELEITE DE QUIENES GUSTAN DE LA ODONTOLOGÍA TANTO COMO YO.
GRACIAS
....................................................................................... ...................................................................... Era un día caliente. El calor aumentaba su intensidad tornando el sol tres veces más potente que lo normal; era el TRICRESOL propiamente dicho. A pesar de eso Dña. AMALGAMA estaba tranquila. Se lavantó SONRIENTE, limpió la boca con SENSODYNE, se enjuagó con CEPACOL en la ESCUPIDERA, tomó un bello baño con AGUA DE CAL, se colocó un poco de EDTA en los cabellos para aflojar mejor los "FÍONS", los arregló con la ESCOBILLA DE ROBINSON frente al ESPEJO BUCAL y partió para la manicure. No se podía decir lo mismo del Sr. HOLLENBACK, noble inglés de familia liverpooldiana, acostumbrado con las cosas exactas en las horas exactas. Se levantó dando PULPA en sus criados. Estaba irritadísimo por no encontrar sus lentes preferidos. Llamó a su más antiguo criado ALGANOL y le dice: - Busca ya mis lentes que tengo que ir al barbero. Así fue el día del matrimonio de Dña. AMALGAMA con el Sr. HOLLENBACK. En la noche, poco a poco, los invitados llegaban a la Iglesia de Nuestra Señora del Cadinho. Primero entraron los hermanos DAKIN y ODAKAN acompañados de sus respectivas esposas. En seguida VALMICID y su marido DAPPEN y ocupando los primeros lugares del banco de la iglesia, la familia S.S.WHITE. A las 14 horas en punto, el Sr. HOLLENBACK, con aquella su tradicional puntualidad británica, pone sus pies en la iglesia. Todo de negro, usando un modelo de nycron de la SYNTREX, ostentando un enorme kAVO en la solapa, acompañado de su genitora, camina en dirección al altar al son de la marcha nupcial de DEGUSSA. Poco a poco, la impaciencia toma cuenta del Sr. HOLLENBACK: la demora de la novia. Mira nerviosamente el reloj, los punteros andando, oyendose solamente un sonido: tic-tac, tic-tac, ADAPTIC-tac... De repente, después de treinta minutos de espera, todos se levantan para admirar la entrada de Dña. Amalgama. El Sr. HOLLENBACK no puede creer en lo que está viendo. Se saca sus grandes lentes, los limpia con un pañuelo, vuelve a colocarselos para ver si consigue admirar mejor a su novia. realmente Dña. AMALGAMA estaba linda. Toda de BLANCO DE ESPAÑA, un vestido de la última moda confeccionado por el famoso figurinista francés LE CRON, teniendo en el cuello una reluciente gargantilla de CONOS DE PLATA con PUNTAS DIAMANTADAS, asegurando en su mano derecha un enorme buqué de CERA ROSA WILSON. Emocionada, con su DENTADURA ejecutando movimientos de BÁSCULA, Dña. AMALGAMA sigue por aquella pasarela ANTI ABRASIVA, cuidando no resbalar y llega por el lado DISTAL de su novio y lo encuentra elegantemente duro, tal y cual YESO PIEDRA y acoplado al altar como el PISTILO en el MORTERO. Era el primer matrimonio de la parroquia que no era celebrado por un padre. Invitado especialmente de la ciudad de GODIVA, en la Italia, el PAPA NICOLAU yergue los brazos, bendiciendo con las manos a los novios, sellando así el JELTRATE religioso con efecto civil, conforme enseñan los mandamientos de la Santa madre Iglesia. Ya marido y mujer, Dña. AMALGAMA y el Sr. HOLLENBACK parten en luna de GEL con destino a GUTAPERCHA, ciudad de Hungría. Un elegante departamento compartían la comodidad de los dos en el lujoso hotel DABI, próximo a la estación de TRENDELEMBURG. Nunca el Sr. HOLLENBACK había pensado tener tanto PRESTIGE en países extrangeros. La noche era propicia para el amor. Y el Sr. HOLLENBACk, en un gesto de noble inglés, orgulloso de su ANILLO DE COBRE, abre una botella de SODA CLORADA y ofrece a Dña. AMALGAMA en una TAZA DE CAUCHO. Embriagados por el amor que los unía, el Sr. HOLLENBACK pregunta a Dña. AMALGAMA si ella KERR compartir consigo el lecho nupcial. Como la respuesta fue afirmativa, él la carga en los brazos en un ímpetu de "al fín solos" y la coloca sobre aquel colchón de aire, cubriendola enseguida con un DIQUE DE GOMA. Y en un gesto de afecto y cariño le acaricia su PICO DE BUNSEN y con intenciones APICALES, duda un poco si debe EXTRAER EL NERVIO de Dña. AMALGAMA y tímido y humildemente le pide que ella se saque sus PUNTAS DE PAPEL ABSORVENTES. Y, cuando los corazones se confundían en sus palpitaciones, en el silencio de aquella noche romántica y silenciosa, se oye un grito: -AAAAAAiiiiii!!!!!!...... Era el grito de la AMALGAMA diciendo: . Puede venir querido inglés, que yo ya estoy lista para ser ESCULPIDA!!!.

19 dic 2022

Mangos pa'la gente que sabe comer y pa'la gente que no sabe comer.


Chulucanas es la tierra del mango por excelencia, de esto pueden hablar los entendidos en las variedades de la fruta, tipos de suelos, climas y etcéteras de las que no tengo el menor conocimiento; pero que puedo afirmar que el fruto del mango en Chulucanas es delicioso, empezando desde los chililiques hasta los no sé qué nombres tienen, lo afirmo.

Lo que quiero contar rapidito y cortito es de una señora que vendía estas frutas a la llegada del expreso Sudamericano cuando su paradero era en la Plaza de Armas de la ciudad y llegaba a eso de las 3 de la tarde o a la hora que podía o le daba la gana, unas veces con el conductor manejando y otras con él empujando; pero llegaba. Esta señora estaba a la espera del carro cargando sobre su cabeza una bandeja o tina de aluminio llena de todo tipo de mangos y cuando veía llegar al ómnibus corría a las quitadas con otro poco de vendedoras que anunciaban sus productos por las ventanas del vehículo y ella gritaba "mangos pa'la gente que sabe comer y mangos pa'la gente que no sabe comer".

Si hay necesidad de explicarlo "mangos pa'la gente que sabe comer" eran aquellos no fibrosos, deliciosos que tenían la dureza adecuada para comerlos delicadamente hasta cortándolos con tenedor y cuchillo conservando intacta la blancura de tu ropa. Los "mangos pa'la gente que no sabe comer" eran y son aquellos fibrosos que apenas los mordías salía disparado un chorro de amarilla, fragante, pegajosa y dulce miel de rosas que te embarraba desde los ojos hasta tus rodillas y saliendo de regreso por tus fosas nasales escurría hacia tus codos y tú, con la ropa manchada hasta las medias y zapatos, no podías espantar el enjambre de abejas y avispas que te seguían hasta el infinito queriendo aprovechar también de la dulzura del potaje.

No soy exagerado y no miento, como todo piurano, cuando cuento.



25 nov 2022

CUANDO NACÍ TODOS REÍAN, YO ERA EL ÚNICO QUE LLORABA. ME HE PROPUESTO A VIVIR MI VIDA PARA QUE CUANDO YO MUERA TODOS LLOREN Y YO SEA EL ÚNICO QUE SONRÍA. ANÓNIMO

7 ago 2022

LAS SANTIGUAIS

Cuando ya era adulto, me encontré en Piura con un hombre que después de pocos minutos de conversación recordé que habíamos estudiado juntos en el Colegio Don Bosco, en Castilla, el primer año de secundaria. Yo lo recordaba, pero él a mi no. Así que se me ocurrió contarle lo siguiente: Como todo salesiano sabe las misas eran casi todos los días, además de los ensayos del coro de la iglesia y las lecturas perfectas sin saltarse puntos ni comas de las Sagradas Escrituras para la ceremonia dominical. Todo esto era desarrollado en la capilla del colegio que estaba ubicada al fondo cerca del campo deportivo. En cierta ocasión apareció colgado de la parte más alta de la puerta de entrada de la capilla un panal enorme de santiguais, temidas avispas conocidas por su agresividad y poderoso veneno. Al término de cada servicio en la capilla algunos de los muchachos siempre nos demorábamos a propósito en retirarnos para, sin ningún control, arrojarles piedras a ver si el panal caía, lo hacíamos con mucho miedo y preparados para salir corriendo en caso eso sucediese. Un día no recuerdo por qué motivo yo, el piña, demoré en salir y lo hice cuando las piedras de los muchachos ya habían surtido efecto y el panal cayó a mis pies justo cuando yo estaba atravesando la puerta de salida. Las santiguais se alborotaron y quedé dentro de una nube negra que giraba como un remolino a mi alrededor; yo salí corriendo con las avispas pegadas en mi cabeza y espalda y toda la muchachada más atrás, incluido el Padre López, a punta de cuadernasos y manasos a ver si de alguna me salvaban. Creo que batí el récord de los 400 metros planos en toda la cancha de fútbol hasta que vino la calma. Ahí fue cuando este hombre me dice "Saldaña, el de las avispas, Claro que recuerdo, cómo me voy a olvidar" y, claro, nos dimos un fuerte abrazo. Tuve picaduras muy dolorosas en toda mi espalda y cabeza, pero una en el cuello fue la que más me afectó, pasé con mucha fiebre y dolor durante la noche y me perdí la misa del día siguiente porque no pude asistir al colegio ya que no podía mover mi cabeza ni para la derecha, ni izquierda ni para adelante ni atrás por causa del dolor, y así estuve varios días. Si tú, el que ahora lees, que ya peinas canas o tienes poco o nada que peinarte y estudiaste en el Don Bosco de Piura, primero B, el año 1969 y crees recordar algo, no lo dudes, ese soy yo. Un abrazo.

3 jul 2022

A BUEN ENTENDEDOR POCAS PALABRAS

A propósito de mis grandes deseos de viajar a Lima y cumplir con la invitación de mis primos "Guaraguaos" y "Chiquitines" o a quien le pueda interesar he recordado lo que sigue y que para que se vayan preparando quiero compartirles: "Cuando ya era un muchacho grande mi madre me envió a Lima para pasar una temporada en casa de unas tías que eran bastante acomodadas. Previo al viaje las recomendaciones no faltaban y las más importantes eran que sea un muchacho respetuoso con todos, sencillo y principalmente que a la hora de las comidas dejara de ser pechugón y que comiera lo que me pusieran en la mesa. Me dijo que si me preguntasen por ejemplo qué presa de la gallina más me gustaba yo respondiese "la cabeza y el pescuezo"; y no la pechuga que era mi preferida, y que ellas ya sabrían agradarme con lo mejor. Así que desde la primera vez que me lo preguntaron y que yo de sonso les respondí tal como mi madre me lo había recomendado siempre que mataban gallina la tía decía: La cabeza y el pescuezo denle a Pablito que es lo que a él más le gusta. Y yo tuve que pasar una larga temporada con ellas aguantándome las ganas". Esto lo contó cuando yo era un niño, recuerdo, mi tío abuelo Pablo Ruesta Mastallier un día que justo habían matado gallina y él estaba de invitado al almuerzo. Mi abuelo, mi querido y grande Papá Kiko, sentado a la cabeza de la mesa le dice a mi madre: Tere, sírvele la pechuga a mi hermano que te acaba de mandar una indirecta bien directa. "Si, ya lo oí" dijo mi madre.

14 mar 2022

LA BURRA PIZPIRETA

DEDICADA AL SR. EGUDALDO ZEGARRA NONAJULCA, EN CHICLAYO

Es verdad Zegarrita que al mirar esos letreros por encima de la cama más parecen placas fúnebres que anticipan la partida de quienes aún no quieren irse. Letreros escritos con tu nombre, como apurados, uno más, dos más, las cantidades que sean, listos para ser reemplazados dejando las camas para otros que aferrándose a la vida entregan todo en manos de quienes curan.
Ojalá pudiésemos alguna vez reencontrarnos, no en ese mismo lugar que aunque sagrado ya no quisiera estar; en otras condiciones sí para seguir las charlas y termines de contarme tus andanzas allá por las sierras de Piura de la mano de tu hermanita que tan temprano se fue, o tú solo desde pequeño trabajando para seguir adelante aprendiendo, batallando y con tu salud completa sin nada molestando.
Claro que hicimos una buena amistad, cuatro o cinco días en el mismo cuarto fue suficiente para que en medio del dolor, la incomodidad y el peligro nos conociésemos; yo poniéndome en tu sufrimiento y tú en el mío y esperando la buena mano del médico y la respuesta del cielo para salir triunfantes.
Esta vez le sacamos la vuelta a la vida Zegarrita porque seguimos viviendo y porque la vida se nos pasa como si ella misma quisiera matarnos, y ella misma es la que algún día nos mata.
Orgullosa está Chiclayo de tantos edificios en donde con tu brazo experto en paletas, plomadas y palanas con ladrillos y cementos han sido levantados. Así sigue, con tu mente palaneando y esculpiendo ladrillos tras ladrillos que eso a ti te gusta, hasta el cansancio, para que de noche cuando llegues a tu casa los brazos de tu esposa, señora tan bonita y admirable, te reciban, sus manos te toquen y agarren las tuyas como en el hospital lo hacía cuando iba a visitarte.
Este cuento corto de un aficionado como yo lo dedico a tu amistad y al aprecio que llegué a tenerte. Espero Zegarrita, Dn. Egudaldo, que te encuentres ya recuperado, que te hayas sanado o estés sanando, como lo estoy yo, para alegría de los tuyos, eso espero. Lanzo una plegaria al Cielo a tu nombre Zegarrita, Dn. Zegarra, Zegarrita. Algún día nos encontramos.
Un abrazo.


Entre Chiclayo y Piura,

no sé si yendo pa’yá

o viniendo pa’cá, que,

siendo igualitas,

da lo mismo

vivía una burra pizpireta,

pituca de los Altos Montes,

que gustaba aparentar su encanto, elegancia y hermosura

dando vueltas en la Plaza

seguida de su fiel pareja.

Ella adelante y el burro atrás

deslumbrando al vecindario su belleza

exigiendo al cholo de su marido

acompañarle en su raro estilo.

 

Cierta tarde acostumbrada

en el lomo del arrebatado burro

unas moscas se posaron

a cavar su pellejo descosido

y la picazón enorme

obligó a pedirle

que le rasque con sus uñas

como había prometido;

pero ella no recordaba,

sólo las moscas le espantaba

con la rama de un overo

que sujetaba muy veleta,

en la punta de su jeta.

 Y las moscas injuriosas

lo atacaban con más fuerza

y el pobre piajeno

con su respiración atascada

limitaba su rebuzno

a una cara alargada

pa’ no hacer quedar mal

a su amada apitucada

quien con la mayor elegancia

sin soltar del hocico su ramita

golpeaba su espaldita

para espantar el mosquerío

que cada vez aumentaba

y la picazón... ¡Ay!

al burro no le pasaba.

 

Entre sus orejas el burro recordaba

troncos, palos y horquetas

de su libertad en los campos

en donde sin leyes impuestas

a su espalda rasqueteaba

cuándo y dónde su voluntad ordenaba.

¡Ahora entre moscas perecidas

que prefieren su espinazo,

ay, cómo lo hubiera cambiado

por un fuerte chicotazo!

y con sus ojos suplicando

¡chola linda!

¿qué te cuesta estar rascando

la espalda de tu marido

en vez de ir caminando?


Los milagros acontecen,

después de otra vuelta dar

la espalda del animal

rozó con un algarrobo

cuyo tronco le raspó

el espinazo rajado

y el burro se olvidó

de toda galantería

y con su espalda arremetió

justo donde él quería.

 

Las moscas al espantarse

no tenían dónde ir

buscando dónde posarse

el lomo de la burrita

que pretenciosa lucía

no dudaron invadir

pa’gujerear su cuero seco

que se esforzaba en lucir

y la picazón que no aguantaba

ya no pudo resistir.

Aguaitando a su marido

lo vio tirado en el suelo,

quien sin mejor consuelo

en un baño polvoriento

hacer las moscas huir.

 

Bien arriba del algarrobo

dos bandadas de choquecos

invisibles festejando

muy de fiesta alborotados

de la cazuela mirando

a la burra pizpireta

con sus patas hacia arriba

en otro hueco escarbando

entre ramas y horquetas

su espinazo está rascando,

exagerando, que hasta polvo levantaba,

a todo ojo cegando

y el burro aprovechando

se levantó desde el suelo

y a patadas invitando

hizo levantar la burra

que, al notar sus intenciones,

patitas pa’qué te quiero

como un rayo zumbando

y el burro atrás de ella

rienda suelta a sus instintos

le quitó la pituquería

montándola rebuznando.

 

 

Mario Marcelo Saldaña Ruesta

24 de julio 2020