5 oct 2024

El Yoyo

Siendo niño una de las cosas que me impresionó conocer fue el yoyo que se impuso como una moda hasta en los adultos. Recuerdo que en la Plaza de Armas de Chulucanas se presentaban a diario varios promotores de una bebida gaseosa famosa con su logo estampado en esos carretes colgantes y hacían piruetas que me dejaban de boca abierta. Y mi sueño, como el de muchos, era tener uno de ellos. Fácil, dije, sólo cinco soles que era su precio. Imaginen la palabra fácil, si el pan costaba dos por diez centavos cuánto significaba disponer cinco soles en esos tiempos. Al no tener uno de ellos cada día mi obsesión y frustración aumentaban al igual que aumentaba la cantidad de personas que lo usaban y muy difícil que alguien te lo prestase ya que era un bien excepcional y sobre todo un vicio. La vuelta al mundo, el perrito, el columpio, el caminante, el dormilón y mil cosas más eran recurrentes en mis sueños. "No alcanza pa'la leche" era la respuesta a tanta súplica. Sólo cinco soles; no, no alcanza pa'la leche. Y yo jugando ñocos solo porque todos mis amigos estaban ocupados enrollando y desenrollando pitas. Por más ralladuras en las rodillas de tantos rezos y oraciones el diablo no descansa ni deja de visitarte, como si tu habitación y tu mente no tuviesen puertas él (con minúsculas) ingresa libremente y con muchas artimañas te la oscurece para hacer el mal. En una mañana temprano con el dinero del encargo de ir a traer la leche del día, sin que mi madre se diese cuenta abrí el cajón de su mesa de noche y eché mano de un billete sobrante de 5 soles, esos que tenían la imagen de La Libertad puesta un gorro y sentada con un bastón y escudo y tan difícil al igual que 5 soles ella misma de alcanzar. Pero allá fui yo, lo tomé "prestado", con el pretexto de después lo devuelvo. Quedaba lejos el lugar de la leche, en un potrero a las afueras de la ciudad donde el trayecto siempre se hacía a pie. La sucia conciencia pesa duro que hace lentos los pasos y rápidas las malas decisiones. No puede ser, cómo voy a mentir a mi madre, qué le voy a decir, qué me dirá, qué responderé a de dónde sacaste para comprarlo. Y para ser más real la falaz mentira doblé el verde billete hasta hacerlo bien pequeñito, casi una bolita, lo lancé delante de mí e hice de cuenta que de suerte lo encontraba. Y esa sería la respuesta. Me agaché para recogerlo, regresé mis pasos corriendo hacia la tienda para comprarlo, escogí el más bonito y enrumbé nuevamente al potrero donde con bastante tiempo de retraso compré la leche de la que en el trayecto de vuelta derramé una buena cantidad por los bordes del porongo porque para llegar a casa temprano a trote en el apuro era imposible no hacerlo. Que me había tropezado fue mi respuesta por el casi medio porongo derramado, y el yoyo bien escondido en el bolsillo. "Ah, má, pero tuve una suertesasa que me encontré cinco soles tumbados en la calle y me compré este yoyo que tanto quería, 'mita...". Y sacándolo del bolsillo se lo mostré. Está bien bonito me dijo dibujando su sonrisa, "ahora te toca aprenderlo". Siéntate para que tomes tu café con leche. Después de eso yo más feliz que nunca cumplía corriendo con los mandados para que sobre tiempo y jugar con mi ilusión hecha realidad. Dichosos minutos y horas de juego en ese día, al rato recuperé a todas mis amistades, y yo feliz hasta la hora del infaltable té que como si fuésemos "lords" ingleses por costumbre también en esta hermosa ciudad se lo tomaba todos los días a las cinco de la tarde acompañado no de biscochos o galletas sino de pan o de camote "sancochao". Y como las mentiras tienen patitas cortas cuando el mandado fue "anda compra el pan" y al rato "pero de dónde pues si el billete se ha perdido todo" mi madre no tuvo necesidad de sentarse a razonar, de las patillas y a la cama me llevó, a dormir, que a las cinco de la tarde cuando las calles hervían de churres jugando era un enorme castigo para el peor mataperros, y aumentando la pena sin té, sin pan, sin camote, sin cena y sin bajarse de la cama hasta que ella lo decida por más lágrimas, llantos y gritos que ya de nada valían. Y el yoyo guardado en un lugar escondido para que yo no lo encuentre no recuerdo hasta cuándo, ahí debe estar... por siempre... quizás.

25 sept 2024

Entre Gallos y Medias Noches

Donde gané la primera de las pocas y rápidamente frustradas carreras que he ganado fue en la parte de atrás de la antigua catedral de adobes y tapiales cuando se realizaba una actuación de mi escuela primaria chulucanense al llamado de la profesora de quién llega primero gana para reemplazar como segunda voz a uno de un dúo que no había llegado a la celebración de un día de las madres y lo hice bien aunque las hijas de un vecino me dijeron que en vez de cantar parecía que había estado rezando el Padre Nuestro y no paraban de decírmelo desde esa bendita actuación y cada vez que me encontraban entonaban al unísono el rezo Padre Nuestro que estás en los Cielos en medio de risotadas y "cantaste muy bien Marcelo" tan bien dicho que al inicio me las creía hasta ya después de un tiempo darme cuenta que sonaba un poquito a burla evitándolas aborrecido siempre sin lograrlo porque vivían cerquita de la casa donde yo vivía y recuerdo que eran algo así como diez hermanas tantas que era inevitable toparme diariamente con alguna de ellas que me lo repetía y no me quedó más que aguantarlas hasta ir a estudiar luego a Piura donde fue la siguiente vez que gané otra carrera cursando el quinto de primaria en el colegio Salesianos de la Iglesia María Auxiliadora cuando el inolvidable personaje Supervisor de Disciplina del colegio el Padre L nos dijo con su voz eternamente fuerte y clara que los primeros en formar detrás de él integrarían el coro del colegio haciendo por milagro que saque fuerzas de no me imagino dónde y conseguir estar entre los veinte participantes peleándome el primer lugar con uno más gordo que yo a quien le decíamos "Chopipo" y que justo era mi mejor amigo del que no me separaba ni para los ensayos que eran rigurosos y disciplinadísimos como todo lo referente al sacerdote que a la más mínima falla en lo que sea era para esconderse atrás del con minúsculas "don sata" pidiéndole que nos defienda del con mayúsculas "PADRE" porque en esos momentos de corrección y disciplina ningún santo de los buenos nos acudía y no nos acudieron ni siquiera en aquel día del debut del coro en la misa dominical cantando cantos tan magistrales cuanto nos los exigía con todas las voces siguiendo la dirección de su batuta hasta yo soltar un sófero gallo en pleno levante de voz que desentonó toda la interpretación y el sabelotodo del cura por primera vez en su vida se equivocó y sin dejar de mover el palo ese con la derecha apuntó con la izquierda acusadora a mi queridísimo amigo Chopipo pensando que había sido él y con una mirada de esas profundas y tenebrosas le dejó entender un mensaje como diciendo "luego nos vemos" sin faltar a dicho encuentro porque su filosofía se basaba en que él era infalible y lo que creía decía y se hacía y se cumplía sin que ni al cura ni a mi nos importasen las explicaciones de mi amigo que más bien hacían que mi soberbia me diga que yo cantaba bonito y que se elevara todavía más al pináculo de lo ridículo en la casa de mis tíos que me hicieron creer que además de jugar bien al fútbol también cantaba mejor porque a la hora del baño me soplaba a todo volumen por lo menos tres canciones de mi repertorio que decían les gustaban y les creí como creí aquella vez cuando ya en el Salesianos Don Bosco de Castilla anunciaron que una profesora de música haría la selección de alumnos para entrenar y los buenos quedarse integrando el coro de la ciudad haciéndome la fanfarrona ilusión brillar mis ojos más que luciérnagas y proponerme a ganar un lugar en esa prueba de canto que fue realizada después de enfrentar una fila de muchachos que daba la vuelta a la manzana para terminar en la sala interior de una casona donde estaba la susodicha dedilarga sentada al piano dándole indicaciones al siguiente de la fila para que imite con su voz el sonido de las teclas que ella pulsaba lo que hice sin problemas hasta la segunda o tercera y en las teclas altas parecía que me tapaban la respiración y mi garganta era un coliseo de gallos de pelea en pleno campeonato que no importaban nada a la flacuchenta dedilargos quien no me dio tiempo a tomar aire y ni siquiera a mostrarle mi sonrisa de deme otra oportunidad y su grito "el próximo" retumbó como una patada invisible en mi trasero que me arrojó fuera de la sala directamente a la salida del local donde estaba una puerta que daba estratégicamente a un callejón lateral y sin un gracias que faltó poco y otra vez será como por arte de magia ya me encontraba en la calle toreando los carros para que no me atropellasen y buscando la ruta más larga para ir a casa a patita calculando que el tiempo en llegar fuese el suficiente para enjugar mis lágrimas que no lograban enfriar el calor de mi rostro y despintar mis cachetes de rocotos "coloraos" haciéndome sentir tan mal o tan defraudado o tan engañado o tan desilusionado o tan embaucado o tan espantado o tan frustrado o tan burlado o tan retractado o tan malogrado o tan agobiado o tan acobardado o tan abrumado o tan atemorizado o tan disgustado o tan azarado o tan acongojado o tan aterrado o tan apesadumbrado o tan traicionado o tan fallado o tan decepcionado hasta de mis propios tíos a quienes el gran cariño y amor que les tenía no fueron suficientes para evitar pensar que ellos no sabían nada de música o sólo me lo decían para darme ánimo y levantarme la moral con esos buenos corazones que siempre tuvieron hacia mí lo que también hizo que en casa mis baños diarios pasen a ser semanales y se volvieran más rápidos y sin conciertos en la ducha sin que me interesasen más cuanto eran músicas y canciones que colgué el hábito holgado a mi medida y perdí el respeto con el coro de las misas dominicales donde aprendí a solamente mover la boca simulando cantar sin pronunciar sonido y con un terrible resentimiento hasta conmigo mismo que duró mucho tiempo hasta desaparecer de golpe siendo más grande cuando gané la tercera de mis importantes y frustradas carreras esta vez acompañado del cuchufletas reconchesuagüela del "también con minúsculas cupido" con su flecha clavada por primera vez en mi "CON MAYÚSCULAS PECHO" cuando al susurrar una canción a un oído súper archi recontra bienquisto y dilecto y respetado y considerado y favorito y predilecto y estimado y apreciado y adorado y querido y amado y admirado y exaltado e iluminado e idolatrado e iluminado y exaltado y admirado y amado y querido y adorado y apreciado y estimado y predilecto y favorito y considerado y respetado y dilecto y súper archi recontra bienquisto idolatrado me respondió con palabras tan hermosas que quedaron grabadas más que en mi mente detrás del esternón que cantaba bonito y que parecía un gallito haciéndome sentir que mi estima estaba siendo recuperada y yo hecho un camote morropano más dulce que sangre de diabético chulucanense disfrutando de ese canto y de ese encanto por desgracia por poco tiempo hasta quedar sólo en el creer y no creer ya que por encima del arroz que me tiró nunca más me lo dijo y si eso de gallito fue porque estaba bonito o porque era un gallo mismo que cacareaba quedándome otra vez tan mal o tan defraudado o tan engañado o tan desilusionado o tan embaucado o tan espantado o tan frustrado o tan burlado o tan retractado o tan malogrado o tan agobiado o tan acobardado o tan abrumado o tan atemorizado o tan disgustado o tan azarado o tan acongojado o tan aterrado o tan apesadumbrado o tan traicionado o tan fallado o tan decepcionado y tan adolorido de otra patada en el trasero que no me quedó más que continuar cacareando como gallo mismo que soy hasta hace pocos días al ver esta foto prehistórica que me enviaron y que comparto y que me ha hecho pensar y picotear como un gallo mi comida en el baúl de mis recuerdos y tesoros sin acabar de los que diariamente me jacto y con mucha arrogancia me alimento viviendo todas estas cosas que no son del pasado sino del presente porque si fueran cosas del pasado las hubiese olvidado y he decidido lanzarlas al aire en forma de pensamientos a ver si a algún enamorado o flechado o conquistado o engolosinado o interesado o aficionado o chalado o amartelado o conquistado o encariñado o prendado o acaramelado o seducido o apasionado o huevo frito propanololadicto cucharón como el mío le pueda interesar saber que los dolores y frustraciones pasados pueden hacernos vivir o elevar el significado de la hermosura de la vida hasta alturas no imaginables y que sólo por el canto y encanto de la música somos capaces de aceptar sin dejar de amar o tomar una simple hoja y garabatear sin puntos ni comas usar no como la vida misma que es como ella jode haciendo pausas que nunca quise emplear sino que todo como un sólo caminar y sin temer a que no te entiendan con el solo consuelo que sepan que estás vivo y que eres feliz quedando sólo cantar o escuchar y aún no digo Amén porque tendría que acabar y un punto colocar

20 sept 2024

VOLCÁN ENCENDIDO (MÚSICA)

Letra : Yo Voz y música : Inteligencia Artificial Clique en el siguiente enlace para escuchar la música: https://suno.com/song/f082a30d-89b4-41a7-9c85-674f1eebc42a Te alejaste de mi como el correr de un río en una tempestad que fluye y que huye cuesta abajo No te recuerdo porque si te recordase alguna vez habrías estado en el olvido mejor te olvido que sin ti en el recuerdo ya he partido sin saber sin sentir que mi amor era más fuerte que un volcán encendido en su mayor furia dentro de mi pecho Sin saber sin sentir que mi amor era más fuerte que un volcán encendido en su mayor furia dentro de mi pecho No te recuerdo porque si te recordase alguna vez habrías estado en el olvido mejor te olvido que sin ti en el recuerdo ya he partido No te recuerdo porque si te recordase alguna vez habrías estado en el olvido mejor te olvido que sin ti en el recuerdo ya he partido No te recuerdo sin sentir que mi amor era más fuerte que un volcán encendido en su mayor furia dentro de mi pecho

10 sept 2024

PREGUNTO AL VIENTO (Música)

Letra     : Mario Marcelo Saldaña Ruesta

Música  : Inteligencia artificial

Clica en el enlace a continuación para acceder a la música:

https://suno.com/song/c987a523-f31c-409f-9456-ad9b702d71c2


Por ti les pregunto al viento y al recuerdo,

uno no responde

y el otro te ha perdido.


Por ti le pregunto al viento, no desisto.

al fin responde

que has huído,

y que he muerto,

que no existo.


Por ti les pregunto al viento y al recuerdo,

les digo existo

porque vivo,

y si estoy muerto

aún respiro.


Por ti les pregunto al viento y al recuerdo,

coludidos por cubrir con su manto etéreo

las heridas que al estar sin ti he permitido

y sangrar el alma abierta

por tu silencio o por tu olvido.



Mario Marcelo Saldaña Ruesta

10 Setiembre 2024






9 sept 2024

VUELA LEJOS (Música)

A CLAUDIA Y RENATO, MIS AMADISISÍSIMOS HIJOS.

Letra    : Inteligencia natural (Yo)

Música : Inteligencia artificial

Clica el vínculo siguiente para escuchar la música:

https://suno.com/song/77e58fcf-9190-4c1c-b31e-13b20c6378b2


COMO UN AVE RAPAZ TRAS DE SU PRESA

RASGA TU RUMBO EN LOS CIELOS

QUE TE ESPERA UN LEJANO HORIZONTE

MARCADO DE LUCES BRILLANTES.


HASTA PRONTO VENCEDOR,

CON TUS GARRAS DOMINA LA ASTUTA PRESA,

CON EL PODER DE TUS ALAS EXPLOTA HORIZONTES

Y CON SUS COLORES CREA ESTRELLAS EN EL OSCURO INFINITO.


NO TEMAS, NUESTROS CORAZONES CONCILIAN TUS SUEÑOS

Y CUIDAN TU VUELO TRIUNFANTE.


VUELA LEJOS, TRIUNFA, VUELA. PERO REGRESA, Y PRONTO.


COMO UN AVE RAPAZ TRAS DE SU PRESA

RASGA TU RUMBO EN LOS CIELOS 

QUE TE ESPERA UN LEJANO HORIZONTE

MARCADO DE LUCES BRILLANTES.


HASTA PRONTO VENCEDOR,

CON TUS GARRAS DOMINA LA ASTUTA PRESA,

CON EL PODER DE TUS ALAS EXPLOTA HORIZONTES

Y CON SUS COLORES CREA ESTRELLAS EN EL OSCURO INFINITO.


NO TEMAS, NUESTROS CORAZONES CONCILIAN TUS SUEÑOS

Y CUIDAN TU VUELO TRIUNFANTE.


VUELA LEJOS, TRIUNFA, VUELA. PERO REGRESA, Y PRONTO

VUELA LEJOS, TRIUNFA, VUELA. PERO REGRESA, Y PRONTO.





29 jun 2024

LAS CHALACAS

 

A mi prima Mechita 


Uno o dos de los muchachos comandaban la patrulla, los otros detrás de ellos en obediencia sumisa recorríamos las calles como bandada de güerequeques, en fila, casi volando, sin tocar el suelo y así soportar la tierra y por ratos algo de asfalto tan calientes; parecíamos sin rumbo, aunque sabíamos qué ruta tomar hacia la Plaza de Armas en donde Dn. Willo acomodado en su triciclo y sabiendo que de todas maneras llegaríamos espantaba las avispas y abejas que querían invadir los corchos en las botellas llenas de deliciosos y dulces jarabes que él mismo preparaba para acompañar las raspadillas de hielo que vendía.

El sudor que empapaba nuestros cuerpos como una lluvia de sal se refrescaba en el delicioso oasis bajo los frondosos árboles de tamarindos, ficus y algarrobos que en esos tiempos invadían la plazuela en donde jóvenes y viejos reposaban sentados en sus bancas como aguaitando al infinito, pensando bajo las sombras, en silencio, sin hablar, mirándose de vez en cuando unos a otros sin emitir palabras, pensando y conversando sólo con gestos y afirmando sus pensamientos con un áspero y grave raspar de sus gargantas.

Dn. Willo vendía sus raspadillas raspando el hielo hasta rellenar con exagero la cuba del cepillo metálico de donde antes de retirarla compactaba la nieve con la mano y luego la rociaba con el jarabe preferido, más dulce que cualquier miel. Aunque los de cola y piña eran deliciosos yo prefería el de tamarindo, de a peseta que llevaba más jarabe que de a real. Las cepillaba rápidamente y entregaba a cada uno y antes que se derritan con el calor de nuestras manos reiniciábamos la carrera a no sé dónde, saboreando sin dejar caer ninguna gota al suelo, aunque cada uno chorreando el jarabe hasta los codos. Llegábamos al final de la carrera a tirarnos boca arriba en la vereda de la casa de alguno del grupo donde deleitándonos con el dulce potaje, así acostados hablábamos de todo, quizás repasando una película o haciendo planes para mañana jugar pelota en el Pasaje o ir al Ñañañique, al río Grande o al Chiquito o a dónde sea. Al rato casi dormitando nos quedábamos inmóviles con la mirada perdida al  infinito, pensando bajo las sombras, ahora en silencio, sin hablar, mirándonos de vez en cuando unos a otros sin emitir palabras, pensando y conversando sólo con gestos y afirmando los pensamientos con agudos tintineos de nuestras edulcoradas risas y con la única máxima preocupación de saber contando cuántos eran los huacos de las incalculables bandadas que a esa hora planeaban la ciudad "muchisisisísimo" más alto que las nubes. Luego... a lo lejos los silbidos, nos están llamando; sin decir palabra cada uno continuaba embalado su carrera rumbo a casa sorbiendo sin cansancio de las puntas de los dedos las últimas gotas de la chalaca derretida.

Al otro día la bandada de güerequeques nuevamente recorría por las calles en busca de Dn. Willo debajo de las sombras de los tamarindos, ficus y algarrobos que embellecían aún más nuestra hermosa Plaza de Armas, nuestra ciudad y nuestras vidas.

 

Mario Marcelo Saldaña Ruesta

Julio 2024

DETRÁS DE UNA PELOTA SIEMPRE CORRE UN NIÑO


Vino a pasar unos poquísimos días con nosotros y, desesperada, quiso aprender a manejar carro. Así que la llevé para darle unas clases prácticas al aeropuerto fuera de uso localizado en una zona campestre de mucha vegetación y hermosos paisajes. Dicho sea de paso gastamos quizás un 40% del tiempo tomándonos fotos teniendo como fondo al majestuoso Morro de Calzada que desde aquí de la ciudad se observa. Claro que antes de las prácticas tenía que pasar algunos minutos teóricos y, tomando todas las precauciones, le hice hincapié de los cuidados que debía tener. Uno de ellos era con los niños refiriéndome a la frase conocida en el mundo entero que “detrás de una pelota siempre corre un niño”, pues para que tenga cuidado y que siempre esté atenta.

Lo hizo muy bien desde la primera vez y a cada momento quería aumentar la velocidad a más de los 10 Km por hora a los que le había obligado.

Después de varios minutos de manejo y habiendo aprendido a sortear la buena cantidad de huecos en la pista abandonada que son muchos menos de los que existen en las calles de la ciudad me sorprendió y dio una buena acelerada que me puso de punta los pocos pelos que tengo cuando delante del carro cruzó corriendo a 100 por hora una gallina y la aprendiz dio una frenada brusca deteniendo el carro en seco. Después del susto le dije que avance, que no era necesario detener el vehículo y ella con su “fleeeeema” característica me dijo que aún no, que espere; y después de unos alargados pocos segundos apareció de entre la maleza también corriendo pero a 200 por hora un pollito, un pollito casi renacuajo, siguiendo a la gallina. Entonces me dijo haciendo alusión a eso de la pelota “ya ves papá, paciencia, que detrás de una gallina siempre corre un pollito”. Y bajó del carro para ver a la distancia si el pollito había alcanzado a la mamá.

China de mi alma, esperamos que pronto estés visitándonos nuevamente antes que el pollito se haga gallo o gallina; te recibiremos con el amor que tú no imaginas que te tenemos. Un beso.

 

16 feb 2024

Ni las del Niágara.

El día posterior a las cirugías de cataratas, luego de habérsenos retirado el parche del ojo y haber sido examinados por el médico los pacientes tuvimos que esperar en una sala a una enfermera que nos daría una charla sobre los cuidados a tener durante una buena porción de días para que la cirugía no se complique por algún desarreglo. Calculo que éramos 40 o 50 recién operados aparte de sus respectivos lazarillos que atentos nos esperaban y cuidaban para no dar un tropezón que nos llevaría nuevamente al quirófano si es que me dejo empuñar. Mientras esperábamos, las conversaciones eran interminables; imaginen Piura donde se ahogan las alegrías y se desahogan las penas hablando. Así que las anécdotas para no creer de algún u otro conocido salieron a flote en una conversación interminable. Una contaba que su vecino el Gordo Jacinto después de llegar a su casa allá en el Bajo Piura, ya sin parche en el ojo, para mitigar el calor sofocante tendió su petate en el patio detrás de su casa donde cae la sombra y se quedó dormido. Todo piurano macho y barrigón duerme con la boca y los ojos entreabiertos, y una de las gallinas muerta de hambre porque se habían quedado solas y no hubo nadie que les llene el buche, al ver el brillante que Jacinto tenía en el ojo al instante lo picoteó arrancándole el flamante cristalino. El Gordo Jacinto fue llevado de vuelta a la emergencia y el daño no lo pudieron reparar. Luego volviendo encontraron que la gallina había picado tan fuerte que el vidriecito pegó el pico de arriba con el de abajo; y que no la podían agarrar para matarla y mandarla a la olla porque su pico torcido brillaba y parecía embrujada y que al mirarla daba miedo y que ningún vecino por lo mismo no la quería ni regalada y que la gallina murió viejita ya que el Gordo nunca la pudo agarrar y matar, daba su vida por eso, porque se había quedado tuerto de un ojo y por el otro casi ya no veía. Le pregunté cómo se había hecho viejita si no podía comer, eso es lo que nadie se explica me dijo; terrorífico le respondí. Sí, tenga cuidao con sus gallinas. No tengo, le dije ¿ah sí? me respondió. Lo escuché como un presagio y he prometido no ir ni al mercado ni donde haya ni pajaritos. Interrumpió otra diciendo que a su comadre la habían operado también y luego de sacarse el parche se puso a desgranar choclos para hacer tamales y que un grano de choclo saltó a su ojo y que el vidriecito saltó pa' los tamales y ella saltó pa´la emergencia nuevamente. Otra abuelita que se había quedado un día hospitalizada y se moría de nostalgia de su nietecito, al llegar a su casa venga pa’cá mi ñañito y suáz de un manotazo del churre vidrio pa´fuera. Otra que otro, su primo fulano, que al ponerse los lentes oscuros todos chambones que había comprado y que son de suma utilidad para opacar el resplandor, no calculó bien al ponerlos y la patita del lente en vez de ir a la oreja nada más ni nada menos la clavó en su ojo. Adiós cristalino. Hasta ese momento tenía ganas de levantarme de la silla y no escuchar un cuento más, pero si lo hacía perdía el asiento y había como veinte esperando que alguien se desmaye de calor o abandone su lugar para sentarse, y el mío era uno de los mejores porque lo había conseguido a codazos por la presencia de un ventilador que daba aire justo encima de la cabeza. Por fin una señora riendo fuertemente que mostraba la ausencia de sus incisivos hasta la úvula nos tranquilizó por un momento porque hasta ahora no había nada para reír, contó que conoce a un hombre que junto a 4 ó 5 dóbermans era guardián nocturno en un almacén muy grande. Al salir del hospital tuvo que ir al trabajo para no perder su empleo. Y de noche para dormir se puso el parche en el ojo como le habían recomendado, ¡carajo! si era guardián nocturno no tenía por qué dormir, y que al sacar los perros del canil estos por el parche lo desconocieron y lo molieron a mordiscos que lo mandaron al hospital. Felizmente no perdió el cristal, mejor ni el ojo, pero sí un pedazo de nariz y parte de una de sus orejas, y que además quedó cojo por un mordiscón en la rodilla. Que los amigos no saben qué chapa ponerle porque tiene tantas y que últimamente simplemente le dicen "Perro" y él buenamente responde. Claro que nos reíamos por lo que contaba, y habla serio pues señora. Serio, serio se los digo; si yo lo "conozzzco". Y con gran consuelo que todos “estábanos” esperando nos dice "Pero lo bueno es que ve". "Braaavo", respondimos automáticamente y en coro. Por fin llegó la enfermera, nos dio las recomendaciones, y la vida continúa.